lunes, 1 de febrero de 2021

La libertad de estar solo, una bella recompensa


Pintura de Fabián Pérez

01 febrero 2021

- Ventajas de no poder seguir el ritmo de mis buenos y madrugadores compañeros de anditulias es que me puedo sentar a hablarme sin que nadie me interrumpa. Lo hago a menudo y hasta creo que sin hacerlo no sería nadie o nada, es algo imprescindible para la recarga de la sensibilidad y hasta de la sensual sensación de poder y querer, vivir.  

- Me cuento cosas inimaginables, aberraciones materiales y morales, y hasta me explico como hubiera sido una vida sin sentimientos y sin anhelos. 

- Es como si me explicara, cada día un poco, como sería un mundo sin sol, una cama sin mujer o una mesa sin vino. Todo menos darme la razón, claro, pero sin quitarme la materia, ni la contrición del arrepentimiento de nada que quisiera haber hecho. 

- Miro al cielo y quiero creer que ... "Enrique,  ¿estás bien? ... ¿no me digas que estabas con otra de tus conferencias al sol?

- Los amigos son lo que son, amigos, a veces inoportunos, a veces mujeriegos, a veces andariegos y a veces, eso, solo amigos aunque, eso sí, siempre necesarios, siempre compañeros.

- En el frío interno e intenso, de esta cálida madrugada, sueño lo que siempre quise soñar hasta dejar en ello el empeño por comulgar y confundirme en el sueño de Juan Goytisolo cuando escribió esa inmensa frase:
La libertad y aislamiento serán la recompensa del creador inmerso hasta las cejas en una cultura múltiple y sin frontera, capaz de trashumar a su aire al pasto que le convenga y sin aquerenciarse a ninguno.
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